—Hola zseñór, —dijo a su vez Heldershefileld.
—Buenas días, —siguió aquel, cumpliendo con el "how to introduce yourself" en tono bondadoso y paciente...
—Yo soy Heldershefileld y este es mi compañero Arendt y somos de la nueva iglesia Mormona —arrastrando las erres como si le hubieran doblado la lengua con una pinza de madera y lo tuviera todo en la boca.
—Lo siento esta no es la visita que esperaba —les dije seco y cortante.
—Me tengo que ir a comprar atún! —punto, cierro el pico, espero y al rato, quizás dos segundos después Arendt (el vampiro) mira a Heldershefileld y larga por su boca.
—¿Kómo?. —tan solo eso... dulcemente, "¿Kómo?", !qué pena!, pienso, pues si hubiese dicho "Comorrrr", yo le habría prestado atención, pero no tengo costumbre de hablar con autómatas y menos con autómatas sectarios. Simplemente dijo "¿Kómo?", a la vez que palidecía un poco y pasaba del tono claro de luna al de clara de huevo.
—I NEED TO GO TO BUY TUNNA !!! —y le puse la mejor cara de grifo de la que soy capaz.
Importunar Testigos de Jehová en misión evangelizadora es uno de mis hobbies preferidos, pero en ese momento, Sábado por la mañana no tenía tiempo, tendría que dejarlos escapar... me encanta como abren los ojos cuando les resumo la historia de su fundador Charles Taze Russell o ampliarles la escala temporal más allá del antiguo testamento, o cuando les digo que desde Wachtower no se ve mas allá del horizonte no por miopía sino por sectarismo e incultura... son tan buenos, encajan los golpes como buenos sparrings, pensando... pobre hombre que no va a ir al cielo, quizas podamos salvarlo... pero solo por esta vez los dejé escapar...
Cuando cerré la puerta pensé, que poca paciencia tienes Pablico... Y recordé cómo cuando era joven, no perdía ocasión cuando los testigos de Jehová llamaban a mi puerta... Les pedía que regresaran en un horario en el que estaba solo mi madre en casa y les pedía que le dijeran a mi madre que yo quería hacerme Testigo de Jehová. !Que cara tenía mi madre cuando llegaba!. Claro que eso no lo pude repetir más veces y me dedicaba a mandarlos a las direcciones de mis mejores amigos diciéndoles eso de... —Estoy visitando a mi abuela que está muy malita, pero pueden venir a casa cualquier día por la mañana y charlar con mi madre, pues a mí me interesa mucho este tema y he leído cosas de vosotros... —bla bla, sonrisa, choque de manos, mirada por el cogote pa tras YA VOY ABUELA!!!... y les soltaba la dirección de mi colega. Y cerraba.
A veces pasaban días e incluso semanas pero al final... cuando ya se te ha olvidado todo, a esa edad el cerebro trabaja en modo 36 horas en su máximo esfuerzo, te suelta como si tal cosa tu colega: —Mi madre me ha puesto la cabeza loca... pues no dice que unos testigos de Jehová le estaban dando la barrila con que habían hablado conmigo que si tal y tal cosa y que bla, bla y bla... BUF, que cosa más rara, que cosa más rara...
—Que raticos mas buenos, aquellos...
Y lo cierto es que no era esa la visita que esperaba, la visita que esperaba mientras miraba por internet cosas mías de esto y aquello, perdiendo algo el tiempo y ganandolo también... era ver cómo caía el granito de arena del reloj que en este caso, ahora un marcador estadístico informativo de la pagina de edición de blogger te ... pone que... han entrado 10.000 en el site... y sucedió mas o menos en el momento en que un testigo de Jehová llamó a mi puerta... Mira tú qué cosas...
Paraiso según los Testígos de Jehová...