viernes, 13 de noviembre de 2015

Medio-cracia

Cada vez es más evidente la manipulación de los medios de comunicación en la sociedad civil, la realidad es la realidad que los medios proyectan, se han impuesto incluso a nuestra propia experiencia, el mundo es CSI Las Vegas, Sálvame  o el partido del siglo de esta semana...

En cada época ha existido un sistema de control y pastoreo de las masas por las élites, ayer fue la religión, uno de los inventos de la humanidad más efectivos en el manejo de las responsabilidades colectivas y las concienciaciones morales, muy reutilizada en beneficio de las élites dominantes, basta con analizar la Edad Media para descubrir ese boom del monoteísmo anti-razón y sus conflictos posteriores tras la invención de la imprenta y el renacimiento de lo griego o la incipiente madurez que la ciencia apunta a partir de la ilustración hasta nuestros días... hoy asistimos a su intento de supervivencia, más como una especie de folclore tradicionalista que como un decálogo de moralidad aceptada por todos...

Hoy el control de las élites es generado por otros instrumentos, el monopolio del mensaje colectivo es evidente por poco que uno quiera mirar con los ojos abiertos... Hay que dejar de ser peleles o marionetas en esa intrusión. Lo primero que debe aprender una sociedad es a detectar al enemigo y dejar de sentirse cómodo con el masaje complaciente recibido a través de las ondas de un mensaje hipócrita e interesado...

Tras la teocracia medieval vivimos hoy en una medio-cracia, una existencia regulada e interpretada a través de los medios mensajeros.... pero ¿mensajeros de quiénes? esa es la pregunta del millón. Si los medios son mayordomos de otros señores, ¿quiénes son esos señores y como se articula y organiza toda esta presión interesada?
Lo idea de Marcuse reelevorada por Ignacio Ramonet es clara:

¿Qué es el pensamiento único? La traducción a términos ideológicos de pretensión universal de los intereses de un conjunto de fuerzas económicas, en especial las del capital internacional

Así que aquí tenéis vuestro combo-playlist para pensar sobre todo esto; el 4º poder, el papel de los medios de comunicación y su utilización desde el poder...

Feliz fin de semana...

1.- Una de las mejores películas sobre periodismo político es la aclamada "Buenas noches y buena suerte" dirigida por el mejor vendedor de café de todos los tiempos, George Clooney, sobervio cuando reinterpreta los símbolos sobre la apisonadora del poder... consiguiendo para ella:

2005: 6 nominaciones al Oscar, incluyendo mejor película, fotografía, guión
2005: 4 nominaciones al Globo de Oro incluyendo mejor director, película de drama
2005: 6 nominaciones BAFTA, incluyendo mejor director, película y guión
2005: Festival de Venecia: Mejor actor (David Strathairn), guión y FIPRESCI
2005: National Board of Review: Mejor película. 6 nominaciones
2005: Asociación de Críticos de Los Angeles: Mejor fotografía. 2 nominaciones
2005: Nominada al David de Donatello: Mejor película extranjera
2005: American Film Institute (AFI): Top 10 - Mejores películas del año
2005: 5 Nominaciones Critics' Choice Awards, incluyendo mejor pelicula, director y guión

Ambientada en 1953, narra el enfrentamiento real que, en defensa del periodismo independiente, mantuvieron el famoso periodista y presentador de la CBS Edward R. Murrow (David Strathairn) y su productor Fred Friendly (George Clooney) contra el poderoso senador anticomunista Joseph McCarthy, hecho que determinó el final de la "caza de brujas". (FILMAFFINITY)



2.- La mejor masticación, si la película te ha gustado la puedes encontar en la reescritura de la misma realizada por Gregorio Parra, nuestro Robbin Hood intelectual, apuntando con sus sutiles flechas contra todas las basuras-mentira en su programa Videodrome



Y...

3.- Como disparo en lo mas profundo de nuestro cortex cerebral la editorial de Crudo, Javier Gallego, nuestro "V" de la radio, una vez más dando en la tecla...



El texto para leer y pensar aquí abajo...

El 8 de septiembre de 2004, en plena batalla electoral por la presidencia de los Estados Unidos entre John Kerry y George Bush Jr., el prestigioso informativo de la CBS, 60 minutes, emitió un reportaje en el que acusaba al entonces presidente Bush de haber entrado en la Guardia Nacional por enchufe para evitar su traslado a la guerra de Vietnam y de haberse ausentado de su puesto después de obtener la plaza que le libró de ser reclutado. El héroe de la aviación tenía las alas chamuscadas.

A las pocas horas, los blogs republicanos ardían contra los periodistas que habían elaborado la información a los que acusaban de presentar como prueba unas fotocopias que eran falsas. El equipo del programa refutó las críticas basándose en el análisis de expertos y testimonios de militares que corroboraban los papeles. No obstante, ni los analistas podían ser concluyentes sobre su autenticidad, al no ser originales, ni todos dieron un informe positivo, y algunos testigos cambiaron parte de su declaración ante la presión ambiental. Las prisas de la cadena y los periodistas por sacar la historia en la campaña, les habían hecho cometer errores de comprobación. Tenían todas las piezas, pero no eran irrefutables.

Se desató una tormenta perfecta contra Mary Mapes, la productora que había conducido la investigación, y Dan Rather, el famoso presentador del programa. Semanas antes eran felicitados por ser los periodistas que sacaron los vídeos de las torturas en Abu Ghraib pero ahora eran objeto de un linchamiento. La propia televisión acabó obligando a Rather a leer una disculpa en la que CBS ponía en duda los documentos. Era evidente que el lobby republicano y la propia administración Bush les había cogido del cuello para que echaran a los periodistas a los leones. Y a la calle. Mapes y su equipo fueron despedidos. Rather no renovó contrato.

Como sabemos, Bush salió reelegido, incluso reforzado por una historia que parecía un ataque infundado de liberales resentidos. Pero nunca nadie demostró que las pruebas ni la historia fueran falsas y los profesionales que las publicaron siguen defendiéndolas a día de hoy. Ahora también una película, Truth, Verdad, desagravia, sin esconder sus errores, a esos periodistas que pagaron la osadía de apuntar demasiado alto sin munición suficiente. Apuntaron a la luna y la luna desvió el tiro para que el público mirase al dedo. Nadie volvió a hablar del historial militar de Bush. Ya sólo importaban las fotocopias. Fotocopias. ¿Les suena de algo?

En España los conservadores también pusieron en duda la autenticidad de las fotocopias de los papeles de Bárcenas o la declaración de Correa publicada por Eldiario.es y el director del periódico El Mundo, Pedro J. Ramírez, fue cesado por presiones gubernamentales por sacar los originales en su portada y llevarlos al juzgado. Ayer mismo, El País fulminó como colaborador a uno de sus referentes históricos, Miguel Ángel Aguilar, por decir en el New York Times que los grandes medios están en manos del poder político y económico y que había periodistas que se iban de su diario porque se sentían censurados, como viene denunciando la redacción desde hace meses. El cese de Aguilar lo confirma, confirma lo que Aguilar decía. Cuando la verdad les duele, matan al mensajero.

La verdad está en peligro en este país y contarla es arriesgado. El gobierno tomó el control de los medios públicos cuando decidió por decreto nombrar a sus directivos sin consenso. A los privados los controla amenazándoles con perder la millonaria publicidad institucional o las licencias de emisión. Profesionales de RTVE denuncian la manipulación y censura de noticias que afectan al partido del gobierno. Los medios privados silencian las informaciones que cuestionan a sus inversores y son incómodos a las élites. La Ley Mordaza permite multar a quienes graben a las fuerzas del orden o convoquen protestas. La precariedad y el paro también amordazan. Muchos periodistas han caído.

Por eso, más que nunca, hay que recordar la despedida de Dan Rather en 60 minutes: “A mis compañeros allí donde contar la verdad significa arriesgarlo todo y a cada uno de ustedes: coraje”. Lo vamos a necesitar en las próximas elecciones. Por lo que sabemos, el presidente podría salir reelegido porque para muchos millones de españoles los papeles de Bárcenas o la declaración de Correa no son más que unas fotocopias inventadas por unos resentidos. Coraje. Lo vamos a necesitar los periodistas para hacer nuestro trabajo que, como dice Rather, consiste enfrentar al poder con la verdad.